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martes, 20 de octubre de 2020

¡Venid al cole!


La participación escolar tanto de los alumnos como de las familias es fundamental, ya que permite mejorar la calidad de los centros educativos. Esta participación se realiza mediante asociaciones de padres y alumnos.

Con respecto a las asociaciones de padres, tienen como finalidades asistirles en todo lo relacionado con la educación de sus hijos, colaborar en las actividades educativas del centro y promover la participación de los padres en la gestión del centro.

Por otro lado, las asociaciones de alumnos tienen las finalidades de expresar la opinión del alumnado en todo aquello que afecte a la situación de los centros, colaborar en la labor educativa de los centros y en las actividades extraescolares y complementarias, promover la participación y realizar actividades culturales, deportivas y de fomento en la acción cooperativa.

De este modo, tanto las asociaciones de padres y de alumnos tienen como competencias elevar al consejo escolar propuestas para el Proyecto Educativo, la Programación General Anual o modificaciones del Reglamento de Régimen Interno. Además, también informan al consejo de aquellos aspectos de la marcha del instituto que sean oportunos, reciben información del consejo sobre los temas tratados, además de obtener con anticipación el orden del día del consejo escolar para poder elaborar propuestas. Se pueden también formular propuestas para la realización de actividades complementarias, ver los resultados académicos del año y cómo los valora el consejo escolar, recibir información sobre los libros de texto y el material didáctico y fomentar la colaboración entre todos los miembros de la comunidad educativa.

Reflexionando sobre el tema, considero que la participación escolar de los alumnos tanto de los que forman parte del consejo escolar como de los que constituyen asociaciones del centro suele ser bastante activa. Es posible que el hecho de que sean los directamente afectados por las medidas del centro constituya un factor motivador. Los estudiantes, además de ser bastante activos en las asociaciones de estudiantes y de llevar así a cabo el ejercicio de la democracia (lo cual es muy positivo en su desarrollo personal), disfrutan realmente de realizar propuestas para el centro. Su posición es privilegiada, ya que viven las bondades y los problemas del centro desde dentro.



Considero que, mayoritariamente (al menos en lo que yo he podido observar, tampoco pretendo generalizar de forma indebida) son las asociaciones de estudiantes las que muestran mayor interés en cuanto a la elaboración de propuestas para realizar actividades complementarias y fomentar la colaboración entre todos los miembros de la comunidad educativa.

Por otro lado, las asociaciones de padres, pese a la importancia que tienen tanto por las propuestas de mejora del centro como por los beneficios hacia ellos mismos, no son realmente muy activas, o incluso en algunos institutos inexistentes. Desde mi experiencia, el colegio de educación infantil, primaria y ESO al que fui tenía Asociación de familias (AFA, o AMPA, aunque este segundo término prefiero dejar de utilizarlo, al no ser inclusivo con todos los modelos de familia). Sin embargo, apenas se reunían, y cuando esto ocurría, no resultaba en encuentros realmente muy fructíferos. El IES en el que posteriormente estudié Bachillerato ni siquiera contaba con AFA (aunque en su Proyecto Educativo se proponen impulsar precisamente esta participación de las familias). A mi modo de ver, esta falta de participación de las familias en el centro puede radicar en varios factores, pero uno realmente relevante es la falta de tiempo. Los padres pasan muchas horas trabajando y apenas tienen tiempo para estar con sus hijos y ayudarles con las tareas diarias, con lo que mucho menos para reunirse. Sin embargo, si existiese una conciencia social sobre el poder de estas asociaciones y los beneficios en el centro y por ende en la educación de sus hijos, probablemente la participación sería mayor. La gente se organizaría el tiempo de otro modo, sin lugar a ninguna duda. La reunión en las AFA dejaría de ser algo que hacer casi por compromiso o por “quedar bien y ver un poco que se dice” para ser fructífera.

A pesar de la conocida importancia de la relación padres-profesores para la educación de los estudiantes, tengo la sensación de que esta solo se concibe como relevante cuando es de forma individualizada. Esto es, cuando ocurre de forma privada entre los padres y el o los profesores correspondientes en temas centrados en torno a su/s hijo/s. Sin embargo, cuando se trata de una actividad más deslocalizada, generalizada a todo el centro, el interés baja. Desde mi perspectiva, me parece un claro reflejo de la sociedad individualista en la que vivimos, idea que viene in crescendo.

En resumen, la participación del alumnado considero que es elevada, activa, fructífera y además motivadora para todos. Sin embargo, esto no ocurre así con los padres, que bien por razones de tiempo como por falta de confianza o conocimiento de la importancia de las AFA presentan grados de participación más bajos y probablemente con menos éxito.




Realmente, me parecería interesante realizar por mí misma un sondeo sobre la participación de los padres en diferentes centros, bien a nivel local, o poder extender este estudio a más centros. Sin embargo, debido a la dificultad que eso ataña, quedará como una posible propuesta a futuro.

Una vez dada mi visión, que no es realmente objetiva ni presenta base en datos específicos, quiero proponer alguna propuesta innovadora para promover la motivación y el interés de las familias, ya que es el factor que yo considero requiere de mayor atención.

Bronfenbrenner, en su teoría ecológica en el año 1990, establece que las personas no se desarrollan por sí mismas, sino que son afectadas por todos los diferentes sistemas de los que forman parte. Además, es de suma importancia la forma en la que los elementos interactúan unos con otros. Por eso, la interacción hogar-escuela es fundamental. Pero esta no puede ser solamente a nivel individualizado, sino colectivo.

La participación de los padres permite que los niños trabajen mejor en la escuela y en su vida, se mejora la escuela, se fortalece la comunidad, aumenta el sentido de seguridad y también las actitudes positivas hacia la escuela.

Una vez hemos tomado consciencia de la importancia de las reuniones de padres en la escuela y de la relación padres-profesores-centro educativo en general, procederé a exponer una serie de estrategias útiles1 para mejorar las relaciones escuela familia y comunidad:

 

1.- Acercarse y conocer a las familias

A pesar de que no es una tarea fácil, debido a la gran diversidad, es importante que el educador establezca una relación recíproca con los padres, recordándoles su importancia no solo a nivel individual con su/s hijo/s, sino a nivel comunitario.

Además, se pueden planificar actividades que logren acercar a todas las familias al centro para que se involucren:

a) Recogida de información sobre los talentos y habilidades de los padres que puedan beneficiar a la escuela y, posteriormente, organizar el trabajo voluntario. Es de vital importancia reconocer el esfuerzo de cada participante, ya que constituye un refuerzo muy efectivo para el aumento de la participación.

b) Reuniones de padres en las que las familias tengan la posibilidad de plantear preguntas que permitan a los profesores conocer las necesidades de su grupo.

c) Realizar un cuestionario sobre las necesidades de cada familia, para poder tratar de suplirlas.

 

2.- Acercarse y conocer a la comunidad

En la comunidad existen recursos que pueden ser identificados y utilizados para enriquecer la educación de los estudiantes. Entre ellos se encuentra las personas que viven cerca de la escuela y los vecinos de las comunidades donde viven los alumnos. Estas personas pueden aportar tiempo, habilidades, ideas, conocimiento y recursos económicos que ayuden en la educación de los estudiantes. Para fomenta este acercamiento a la comunidad, se pueden realizar diferentes actividades:

a) Elaborar una libreta de contactos, con el nombre de los recursos de la comunidad que hayan sido identificados e integrarlos en las actividades del centro.

b) Identificar organizaciones, programas y servicios. Por ejemplo, proyectos de reciclaje, actividades musicales, deportivas, etc.

c) Ofrecer servicios a la comunidad, integrando a miembros de las familias y el profesorado y planificar eventos en los que se invite a la comunidad.

 

3.- Comunicación efectiva de la escuela con las familias y los miembros de la comunidad

La comunicación es clave en el establecimiento de relaciones con los demás. Para llevar a cabo una comunicación efectiva, pueden utilizarse estrategias muy sencillas, como la escucha activa, la utilización de un lenguaje sencillo, accesible, ser precisos en lo que se quiere comunicar, congruentes, honestos, concretos con lo que se quiere comunicar…

Toda esta comunicación puede llevarse a cabo de diferentes modos:

a) Llamadas telefónicas a casa para invitar a eventos de la escuela. Se pueden hacer cadenas de llamadas. Todo esto proporcionará una sensación de cercanía y aumentará el sentido de pertenencia a una comunidad por parte de las familias, que estarán más motivadas para participar en el centro.

b) Hacer uso de diferentes medios informativos, y en varios idiomas a ser posible, con el fin de que sea mas accesible.

c) Crear videos cortos de diferentes actividades para mostrar a las familias.

d) Realizar reuniones de padres cortas para informar sobre asuntos de interés relacionados solamente con sus hijos (suele ser un primer paso más sencillo que no reunir en torno a actividades de toda la escuela).

e) Visitar a las familias que no sean reticentes a esto, ya que el contacto personal puede atraer a las familias.

f) Talleres para padres que les ofrezcan destrezas o experiencias.

g) Comunicación facilitada con las familias (correos, e-mails, etc.).

 

4.- Construir enlaces con las familias, la escuela y la comunidad

Se trata de dar la oportunidad a las familias y a los miembros de la comunidad a participar en actividades de la escuela. Algunas actividades que puedan involucrar a los padres o los vecinos son la lectura de cuentos, las actividades de cocina, sembrar semillas y preparar huertos, las excursiones, visitar lugares de trabajo de los padres, actividades artísticas, etc.

 

Para terminar, quiero concretar algunas propuestas para la participación de los padres en el centro educativo.2 Estas se dividen en tres grandes grupos:

 

1.- Propuestas para realizar antes de comenzar el curso:

a) Entregar a los padres un manual de la escuela. A pesar de que las páginas web permiten el ahorro de papel, dinero y recursos, proporcionar manuales físicos sobre los métodos de enseñanza, evaluación y objetivos pueden dar una sensación de mayor cercanía. En mi opinión, internet tiene muchas ventajas, pero puede parecer más distante.

b) Realizar folletos y reuniones donde las familias pueda opinar y aportar propuestas de mejora.

c) Jornadas de puertas abiertas para que los padres puedan conocer el centro.

d) Entrevistas personales a los padres. Aunque se ha comentado antes que la comunicación individual no es el objetivo principal, es una buena forma de empezar a establecer contacto.

 

2.- Propuestas durante el curso:

a) Creación de una Escuela para padres.

b) Talleres: de juegos donde los padres puedan acudir a enseñar a los niños los juegos que hacía en su infancia, de construcción, donde los padres construyan a los niños objetos que puedan, por ejemplo, estar relacionados con su actividad laboral, talleres de huertos, lectura de cuentos, etc.

c) Realización de fiestas, que favorecen que las familias participen tanto en el proceso de planificación como de organización y su posterior disfrute.

d) Actividades extraescolares y excursiones a las que los padres puedan acudir.

 

3.- Al final del curso, se puede realizar una evaluación abierta donde los padres hablen y participen aportando ideas y opiniones para la elaboración de mejoras en el futuro.

 

Como podemos ver, existen muchas posibilidades para hacer que las familias se involucren más en la actividad del centro. Para conseguirlo, es fundamental generar en ellas un sentimiento de pertenencia al centro educativo, con lo que es imprescindible el acercamiento a los padres. Además, es también interesante abrirse a la comunidad y relacionarnos con ella.

 

1 Proyecto Alcanza, mòdulo 8. Serrano Alicea, Lourdes I.; López Javier, Janet & Morales Morales, Marilyn. (2008). Relaciones recíprocas entre la escuela, la familia y la comunidad. San Juan, PR: Centro de Investigaciones Educativas, Universidad de Puerto Rico.  http://alcanza.uprrp.edu/modulo8

2https://es.slideshare.net/SaraGarca9/propuestas-para-la-participacin-de-los-padres-en-la-escuela (Última consulta: 20/10/2020)


lunes, 19 de octubre de 2020

¡Quiero mi identidad! Una guía para profesores inclusivos


Cuando miramos el DNI, nos encontramos con una clasificación de las personas en base a dos “sexos”: masculino (M) y femenino (F). Puede resultar curioso, pero no pone Hombre y Mujer. No. Pone sexo masculino y sexo femenino. Esto debería suscitarnos una primera duda… ¿es lo mismo masculino que hombre y femenino que mujer? ¿O masculino no, pero sexo masculino si es lo mismo que hombre y, por analogía, femenino no, pero sexo femenino si es lo mismo que mujer?

Por otro lado, cabe resaltar que esta clasificación se ha realizado atendiendo a criterios basados en la animalidad del ser humano. Sin embargo, no escucho hablar de perros masculinos y perros femeninos.

Por otro lado, en muchas leyes, se contemplan aspectos como la igualdad de género. La palabra género nos inunda, se escucha en todos los lados. Hablamos de géneros de las películas, de los libros. Hablamos del genero como una categoría taxonómica en la clasificación de los seres vivos. Incluso, probablemente hemos hablado o hayamos escuchado hablar del género humano. Pero… ¿qué es el género? Como suelo acostumbrar, acudiremos a la definición de la RAE para intentar encontrar una respuesta a esta cuestión:


1.- Conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes.

2.- Clase o tipo al que pertenecen personas o cosas.

3.- Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico.

4.- En el comercio, mercancía.

5.- Tela o tejido.

6.- En las artes, cada una de las categorías o clases en que se puede ordenar una obra según sus rasgos de forma y contenido.

7.- Taxón que agrupa a especies que comparten ciertos caracteres.

8.- Categoría gramatical de sustantivos y pronombres.

 

Obviamente, de poco sirven las definiciones 4-8 en este contexto. La primera acepción podría dar lugar a un interesante debate. Sin embargo, no pretendo alargarme en exceso en esta entrada. Con respecto a la segunda, parece hacer referencia al nombre de una clase al que pertenecen tanto las cosas como las personas. Por lo tanto, podría deducirse que viene a reflejar a un grupo de personas que comparten algunos aspectos comunes. Pero no esclarece nada.  La tercera acepción, sin embargo, ya hace una referencia explícita a que las características están ligadas con el “sexo biológico”. Sin embargo, es una visión mucho más orientada a aspectos socioculturales. Por lo tanto, aunque es una perspectiva de género binarista, ya pone sobre la mesa la idea de género como un aspecto sociocultural.

Y la RAE, como no, viene cargadita de transfobia. Reconoce la existencia de dos géneros: hombre y mujer, en base a unas características que denomina “sexo biológico”. Es decir, en otras palabras, para ser claros: si tienes unos genitales u otros. Porque, aunque si ha admitido como palabra intersexual e intersexualidad, la forma tan horrible en la que lo define da para hablar largo tiempo.

Retomando lo que estaba comentando, para la RAE, solo hay dos géneros, muy ligados a aspectos corpóreos, aunque reconozca la realidad sociocultural. Sin embargo, puede resultar bastante llamativo que está asociando directamente al hecho de tener un cierto cuerpo una realidad social determinada. Y eso es, sin lugar a ninguna duda además de atrevido, falaz. Aunque pueda dar para muchas más entradas, no puede negarse que la realidad de muchas mujeres cis a lo largo de la historia se haya podido ver marcada por su corporeidad. Resultaría completamente injusto negar que ciertos aspectos de misoginia vengan condicionados por cánones o asuntos corporales. Sin embargo, me gustaría resaltar que esto no es solamente un problema que haya afectado a personas cis. Es probable que a lo largo de la historia se haya dado mayoritariamente esa realidad. Pero eso es, sin lugar a ninguna duda, reflejo de la poca visibilización de las personas trans. Si, hablo de trans, no de transexuales ni transgénero (esto lo resaltaré muchas veces, a ver si va poco a poco calando en nuestro vocabulario). Por lo tanto, no se puede asociar ser víctima del machismo y de la misoginia solamente a aspectos corporales.

 

Los problemas políticos y sociales no son problemas con una sola variable. Hay que tener en cuenta muchos más factores. Las mujeres trans también sufrimos misoginia por aspectos corporales.


Bandera Trans

Además, los comportamientos machistas vienen dados por la idea de superioridad del hombre sobre la mujer, perpetuada por la acción de un sistema patriarcal. Y es un asunto que trasciende mucho más allá de lo corpóreo.

Hablando desde la propia experiencia, si, yo también he sido víctima de comportamientos machistas y misóginos. Mi cuerpo, que he decidido no modificar (no tenía por qué contarlo, pero la verdad es que no me importa en absoluto) no ha sido una ventaja a la hora de vivir en condiciones de igualdad. Os sorprendería el rechazo que puedo recibir constantemente por tener un cuerpo que me gusta. Parece que me tengo que sentir mal y rechazarlo por narices. Y es que el problema no es tanto el cuerpo concreto, sino que se adapte o no a unos cánones.

 

Cualquier cuerpo de una mujer (cis o trans, con o sin operaciones estéticas) será rechazado sistemáticamente por hombres si no encaja dentro de sus cánones, de sus deseos. Esas son las consecuencias del patriarcado.

 

Este es solo un ejemplo de machismo entre muchos. Sin embargo, he querido resaltarlo, ya que sé que es uno de esos aspectos en los cuales la gente no suele reparar, y de lo que tanto nos acusan a las mujeres trans algunas personas trans-excluyentes que se hacen llamar feministas (las mal llamadas TERF). Un caso claro de transfobia que pasa desapercibido si no la totalidad de las veces, si en un porcentaje muy elevado.

Hay muchos casos de transfobia añadidos: la idea de que si no tienes disforia no eres una persona trans, si no sigues unos roles de género entonces estás engañando al mundo al reivindicar tu género, si eres mujer trans las lesbianas y los heteros te rechazan porque “la atracción es hacia los genitales y es cuestión de gustos”, la idea de que nos creemos de un género, no que somos, la invisibilización constante en todos los medios, la impunidad ante maltratos y asesinatos tránsfobos, etc. Sin embargo, esta entrada no tiene como objetivo explicar todo esto en profundidad, sino dar a conocer esta realidad de forma resumida, para llevar a cabo una reivindicación final y una propuesta muy interesante a todo el personal docente.

 

Por otro lado, es importante comentar la importancia que tiene el lenguaje utilizado. La visibilización de las diferentes realidades, darlas a conocer, es clave para poder erradicar cualquier atisbo discriminatorio.

 

Las cosas que no tienen un nombre parecen no existir. Y las cosas que nunca se dicen no existen. Por lo tanto, el tema de abogar por un lenguaje que no deje de lado a nadie, que no eclipse ninguna realidad, y que permita situar a todas las personas en un mismo nivel de derechos es fundamental. Con respecto a este asunto, podría también hablar largo y tendido. Sin embargo, no pretendo aburrir demasiado.

En este tema quería resaltar algunos aspectos: debe dejarse de utilizar el término transexual y transgénero. Aunque ambos son erróneos, urge mucho más dejar de usar la etiqueta transexual, patologizante. La OMS ya sacó del DSM la “situación de transexualismo”, dejándola de considerar una enfermedad mental. Sin embargo, a día de hoy, figura como un trastorno: “la disforia de género”.1  Además, deben eliminarse las viejas etiquetas MTF (male to female) y FTM (female to male), que dan a entender que ha habido un paso de ser de un genero a ser del otro, cuando en bastantes casos no es así (excepto en personas de género fluido). A mayores, etiquetas como travesti, que no tienen que ver con la realidad trans (aunque se que en otros países las usan, y aquí en España se usaban antiguamente) son erróneas. Entiendo el trasfondo cultural y contextual de esta palabra, pero es errónea. Cabe añadir que también debe dejarse de creer que el tema de la identidad de género es una ideología, porque nada tiene que ver con eso. No es una creencia, no es una opinión, no es un gusto ni un fetiche, no es una decisión. Es una REALIDAD.

 

Por otro lado, es de suma importancia empezar a visibilizar que el género NO ES BINARIO.

 

Hay personas que no están inscritas dentro del binomio hombre/mujer, y que son, obviamente, IGUAL DE VÁLIDAS. Empezar a visibilizar a las personas no binarias (asunto totalmente pendiente para el Estado, que no reconoce A NINGUN GÉNERO FUERA DEL BINARISMO), es una responsabilidad, y digo más, una OBLIGACIÓN MORAL de todos. NO podemos permitir que no se reconozca ningún género más allá hombre/mujer civilmente, y NO podemos permitir que socialmente se invisibilice, a veces de forma totalmente intencionada, o que incluso se ejerza una violencia sistemática contra todas las personas que se encuentran fuera del sistema binario.


Bandera No Binaria


Por último, como no quiero tampoco que aquí nadie se vuelva experto en teorías sobre el género, ni en conocer todas las identidades (QUE NO IDEOLOGÍAS), no me extenderé más en esto. Eso sí, no quiero cerrar esta pequeña introducción sin antes reivindicar el uso de los nombres reales, no de los deadname (o nombres no reconocidos como propios de los géneros adecuados en las palabras, y de los pronombres adecuados. De este modo, aunque la RAE no se muestra muy receptiva (en parte por falta de información de calidad y, por otro lado, por pura transfobia) los pronombres que deben utilizarse son el, ella y elle. Del mismo modo, las palabras con carga de género pueden acabar en -o, en -a o en -e (aunque nuevamente, sigan sin reconocerlo). Y es que la RAE no sabe realmente nada de lo que es una lengua (ya lo comentaré en otras entradas, y siento mucho si te sientes ofendido por esto que he dicho, pero tengo argumentos de mucho peso para afirmarlo y reafirmarlo las veces que sean). Quiero poner de relieve que, aunque en primera instancia pueda pensarse que el pronombre “él” va referido a los chicos, el pronombre “ella” a las chicas, y el pronombre “elle” a les chiques (y, por lo tanto, no binaries), esto no es totalmente cierto. Si bien, al menos desde mi conocimiento, en muchos casos hay una correspondencia directa entre pronombre-género, otras veces esto no ocurre. También quiero resaltar que existen personas que utilizan dos o incluso los tres pronombres sin distinción alguna. Aunque este tema sea complicado, -y yo misma deba reconocer que no entiendo realmente esos casos donde no existe esa correspondencia género-pronombre-, no voy a caer en lo que yo tanto crítico, que es invalidar una realidad por desconocimiento.

Aunque ya hablaré más sobre géneros no binarios, quiero destacar una aclaración muy importante: cuando hablamos de personas no binarias o de géneros no binarios, no estamos haciendo referencia a un único género posible.

 

Dentro del espectro no binario existe una amplia variedad de géneros con nombre propio.

 

Por lo tanto, si queremos ser realmente inclusivos (y esto implica, por definición, con todo el mundo), debemos preguntar a las personas cuál/es es/son su/s género/s y cual o cuales son sus pronombres, y no asumirlos en base a factores puramente físicos o estéticos. Ser inclusivos es una labor de todos, y no debería ser una elección, sino un deber. Básicamente, porque entra dentro de los derechos fundamentales el ser reconocido como un igual.

Además, cabe señalar que debemos dejar de confundir, por un lado, el lenguaje inclusivo (el que incluye de forma explícita o implícita a todos los pronombres) y el neutro (elle) y, por otro, dejar de utilizar el binarismo el/ella en cada palabra (ejemplos: los chicos/as, los chicos y las chicas, los niños y las niñas, los hombres y las mujeres, etc.). Este tema ya le trataré un poco más a fondo en otra entrada (el falso lenguaje inclusivo).

En cuanto al ámbito académico y escolar (uno de los cuales me suscita un especial interés por mi vocación docente), los profesores tenemos la obligación moral de tratar a todos sus alumnos por igual, sin distinción. Los docentes debemos crear un clima de aula que sea seguro e inclusivo para todos. Por esa misma razón, antes de asumir las listas como verdades irrefutables (dándonos cuenta que hay personas que pueden tener dificultades en sus cambios de nombre registrales y en cuanto al género con el que se registran en la lista), los profesores debemos aprender a preguntar uno a uno a nuestros alumnos cuál/es es/son su/s genero/s,  su/s pronombre/s y su nombre real (repito, nombre real, que no el deadname).

Una ficha posible de presentación puede ser la siguiente que, además, debería ser en primera instancia anónima, por si alguna persona en cuestión no quiere decírselo a todo el grupo de la clase, etc. no exponerla públicamente:

 

FICHA DE PRESENTACIÓN ANÓNIMA

En esta ficha simplemente pretendo que te des a conocer siempre que desees para poder tratarte conforme a tu nombre, género y pronombres reales. ES TOTALMENTE ANÓNIMA. Si no quieres contestar, no es necesario, pero tendré que dirigirme a ti como pone en lista, ya que no me quedará más remedio. En cualquier caso, si así fuera, no te sientas mal por ello ni excluido/a/e, y ten en cuenta que puedes acudir a mi en cualquier momento del curso para pedirme que modifique tu nombre y/o género/s y/o pronombre/s. Si deseas contestar, pero no quieres que use ese/esos pronombre/s públicamente, por favor, házmelo saber, diciéndome cuál es el/los pronombre/s y el nombre con los que deseas que me dirija a ti.

 

- Nombre (escribe tu nombre real, no te preocupes por tu nombre registral si no le has conseguido cambiar aún): _____________________.

 

- Género/s (no te preocupes por tu DNI si no lo has conseguido modificar aún):

__________________.

 

- Pronombre/s: __________________.

 

OBSERVACIONES (escribe aquí todo aquello que consideres oportuno que deba saber):

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Observación: Utiliza esta misma ficha si lo consideras necesario.




1 Mas Grau, J. 2017. "Del transexualismo a la disforia de género en el DSM. Cambios terminológicos, misma esencia patologizante". Revista Internacional de Sociología 75(2):e059. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.2.15.63

 


¡OH, MI YO!

¡Oh, mi yo! ¡oh, vida! de sus preguntas que vuelven, del desfile interminable de los desleales, de las ciudades llenas de necios. De...