sábado, 31 de octubre de 2020

¡OH, MI YO!


¡Oh, mi yo! ¡oh, vida!

de sus preguntas que vuelven,

del desfile interminable de los desleales,

de las ciudades llenas de necios.

De mí mismo, que me reprocho siempre

(pues, ¿quién es más necio que yo, ni más desleal?).

De los ojos que en vano ansían la luz,

de los objetos despreciables,

de la lucha siempre renovada,

de los malos resultados de todo,

de las multitudes afanosas y sórdidas que me rodean.

De los años vacíos e inútiles de los demás,

yo entrelazado con los demás.

La pregunta, ¡oh, mi yo!,

la pregunta triste que vuelve

- ¿qué de bueno hay en medio de estas cosas,

oh, mi yo, oh, vida? -

Respuesta:

Que estás aquí,

que existe la vida y la identidad,

que prosigue el poderoso drama,

y que tú puedes contribuir con un verso.

Oh mi yo, ¡oh, vida!

De las almas que vuelan,

De las miradas que brillan,

De las sonrisas ocultas,

Que, tras la oscuridad,

Esconden el germen de la niñez

 

Como no podía ser de otra manera, no podía dejar de lado el poema ¡Oh, mi yo! De Walt Whitman para cerrar con las entradas de esta asignatura (Procesos y Contextos Educativos). No, no os asustéis, no significa esto que vaya a abandonar el blog. Aún quiero subir mucho más contenido relacionado con el tema de la educación, contenido de divulgación científica, de química, de problemas sociales, visibilidad de realidades del colectivo LGTBIQ+, etc. Sin embargo, esta es la última entrada que enmarco dentro de esta asignatura, que ya terminó. Una asignatura que, si bien está repleta de contenido que habrá que tener en cuenta siempre y mantener en revisión constante, a modo de resumen, lo que más me ha transmitido son las ganas de lanzarme a la piscina con mi profesión. Sin embargo, este no será un salto a ciegas.

En apenas un mes, junto con las otras dos asignaturas, mi visión acerca de la educación, la labor docente, y las necesidades de nuestro sistema educativo han cambiado mucho. Si algo tengo muy claro es que este máster no es más que un punto de partida en mi formación, y que esta deberá mantenerse a lo largo de toda mi carrera profesional. Si bien no va a ser una tarea fácil, aunque pueda provocar cierto vértigo, no podía estar más ilusionada con el camino que he elegido en mi vida, y no podría reafirmarme de mejor manera en mi vocación.

Hasta ahora, en lo poco que he hecho como profe, creo que lo que más he aportado ha sido ilusión, hacer que mis alumnos se interesen por la materia en concreto, despertarles la curiosidad, motivarles.

A partir de ahora, debo continuar con esa ilusión, con esa filosofía de encontrar en los niños, adolescentes y jóvenes esa ilusión y esa curiosidad que llevan todos dentro, y que tan solo hay que hacer aflorar (que fácil se dice).

Aportaré en todos los aspectos necesarios para una educación (no instrucción) integral. Cabe resaltar que, para mí, los valores éticos son fundamentales, punto en el que haré hincapié. De nada sirve tener mucha cultura si no se es capa de respetar a los demás, de querer al mundo, de gozar con el amor (y no, no me refiero a amor romántico, sino al amor de los seres humanos con los demás, ese que muchas veces se nos olvida).

Por último, quería comentar mi contribución al poema con un verso, que coloqué resaltado y en cursiva. Había pensado explicarlo, pero… ¿no sería eso limitar vuestra percepción e imaginación? ¿no es mejor que os deje total libertad de interpretación? Si alguien quiere dar su propia visión del significado que tiene ya sabéis… ¡ponedla en los comentarios!

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