martes, 29 de septiembre de 2020

Presentación



¡Hola!
Soy Sara, tengo 23 años, y actualmente me encuentro estudiando el Máster de Educación Secundaria en la UVa. Graduada en Química, y con Máster en Química Sintética e Industrial, ahora me abro camino hacia el que es mi verdadero sueño: dedicarme a la docencia.
Desde que era bien pequeña, siempre quise ser profesora. Soñaba con verme en una clase, con mis alumnos, y no solamente trasmitirles conocimientos, sino motivarles, conseguir crear ilusiones. Mi etapa académica ha venido muy marcada por aquellos profesores que lejos de explicar simplemente los contenidos eran capaces de motivar. Y además, siempre he admirado a todos aquellos maestros que se implican en que entiendas las cosas, pero también en que crezcas como personas. Por lo tanto, yo quiero ser una más. Aún hay muchas cosas que cambiar en el mundo. 
A día de hoy, parece mentira que haya tanto fracaso y abandono escolar. A menudo, se echa la culpa a las capacidades de los jóvenes. Sin embargo, desde mi punto de vista, muchos de los problemas radican en el método: no enseñar para ilusionar y para poderlo aplicar en el futuro. Nos hemos olvidado del saber por el saber, y también de la importancia que tiene en nuestro futuro adquirir ciertos conocimientos, buscando simplemente aprobados, saber hacer examenes. 
Por otro lado, en un mundo tan diverso, parece mentira la exclusión que hay aún en la sociedad por racismo, aporofobia, razones de género, homofobia, bifobia, transfobia, y demás rechazos y odios, entre ellos, hacia diferentes sexualidades. Este es un tema en el que a mi, personalmente, jamás se me ha educado. En la ESO apenas escuché hablar de racismo y machismo. Algo es algo, pero no es suficiente. 
Si tuviera que poner algún ejemplo, hablaría sin duda de la transfobia. Yo soy una persona trans, por lo que se lo que es vivir el rechazo hacia nuestra realidad de primera mano. Parece increible el desconocimiento que hay en este tema, y lo absolutamente aceptados que están los comportamientos transfobos y transexcluyentes. Entre ellos, cabe destacar la falsa idea de inslusividad que da el supuesto "lenguaje inclusivo" que puede dejar fuera a muchas personas de géneros fuera del binarismo. Sin embargo, este no es el único ejemplo. Hay infinidad de ellos, que no cabe explicar aquí. 
Las cifras de paro entre las mujeres trans son otro fiel reflejo de un problema social grave. Una sociedad que excluye a un grupo de personas basándose en meros prejuicios NO es una sociedad humana. 
Por lo tanto, entre todos los objetivos planteados anteriormente, la educación en valores humanos es uno de mis mayores sueños. 

¡OH, MI YO!

¡Oh, mi yo! ¡oh, vida! de sus preguntas que vuelven, del desfile interminable de los desleales, de las ciudades llenas de necios. De...