lunes, 12 de octubre de 2020

¿Instruir para aprobar o educar para vivir?


La RAE define educación como la acción o el efecto de educar. Además, entiende educación como la instrucción por medio de la acción docente. Las demás acepciones no tienen relación con este ámbito, ya que se refieren a la crianza y a la cortesía.

La primera acepción nos puede dejar bastante desorientados: ¿recordáis cuando nos decían en el cole que lo definido no debe entrar nunca en la definición? Pues la RAE, entre otras cosas, es una experta en esto.

Para poder entenderla mejor, debemos acudir, por lo tanto, a la definición de educar. Así, nos encontramos con varias entradas:

1. Dirigir, encaminar, doctrinar.

2. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.

3. Perfeccionar o afinar los sentidos.

Y otras dos, nada relacionadas con el tema en cuestión.

De este modo, podríamos decir que se entiende como definición aceptada de educación al acto de educar, es decir, de dirigir, encaminar, desarrollar y/o perfeccionar las facultades intelectuales y morales.

Sin embargo, en esta definición, en ningún momento se hace alusión por parte de quien se lleva a cabo esta actividad educativa. La segunda acepción si hace referencia al sujeto que realiza la acción: el docente. Sin embargo, destaca que la actividad del profesor es instruir.

De este modo, si queremos entender bien que es lo que la real academia pretende decirnos que debe hacer el docente, tenemos que acudir nuevamente al diccionario y buscar la definición de instruir.

Se entiende por instruir como enseñar, comunicar sistemáticamente ideas, conocimientos o doctrinas.

Por lo tanto, si hacemos caso estricto a lo que dice la RAE que es la actividad docente, nos ceñiremos al acto de instruir y, por lo tanto, de comunicar ideas y conocimientos (es decir, de enseñar, de indicar, mostrar, exponer).

En mi opinión, muchos profesores siguen muy bien las instrucciones de la RAE, ya que es una actividad que se hace a la perfección. Sin embargo, lo que no se hace tan a la perfección es transmitir valores, conocimientos y experiencias útiles para la vida en sociedad.

La definición de educación como la acción de educar no es errónea per sé, ya que, aunque pueda parecer una perogrullada (que lo es), no es falso. El problema radica en que señala que la educación que realiza el docente es instruir. Sin embargo, en mi opinión, la educación en las escuelas debe ser algo mucho más profundo, transversal, que ocupe todos los ámbitos posibles, ya que los alumnos en el mundo se van a tener que enfrentar con realidades y situaciones muy diferentes y, además, debe se eminentemente práctica. La vida es una constante práctica, un constante hacer y resolver de forma material y no solo intelectual.

Por lo tanto, si educar es algo mucho más amplio, y la educación es la acción de educar, por lo tanto, se debe entender la educación como el acto de transmitir conocimientos útiles para la vida, que abarquen el mayor número de ámbitos posibles, desde una perspectiva teórica, pero con una gran carga práctica, que sea coherente con la actividad vital propiamente dicha, la realización de actividades. Además, no debe olvidarse que la vida misma lleva implícita socialización. Por lo tanto, la educación no debe centrarse solamente en desarrollar habilidades y conocimientos para realizar con éxito las diferentes actividades y enfrentar de manera más eficiente los problemas, sino que tiene que interesarse por la interacción con los demás desde una perspectiva de respeto. De este modo, es condición necesaria la educación en valores. Es cierto que la RAE hace alusión a educación como el acto de perfeccionar las facultades morales, pero en ningún momento señala que sea actividad del docente.

Se que podríais acusarme de intentar sacar punta a la cuestión: “Si no especifica quien debe realizar la acción, no excluye a los profesores de ello”. Y es cierto, no os lo voy a negar, pero tampoco podéis decirme que no os llama la atención que se destaque la educación como la acción de instruir por parte del docente, pero que no se haga mención a una actividad docente educativa desde una visión más amplia.

Desde mi punto de vista, el problema radica en que socialmente está muy asumida la idea de que los niños van a la escuela a aprender contenidos curriculares, y no a formarse en valores morales, a crecer como personas.

Si no sois amigos de los grandes textos, aquí os dejo un resumen de lo que es para mí la educación: “La educación es el acto de educar, entendiendo esto como la transmisión de conocimientos tanto teóricos como prácticos en materias curriculares y extracurriculares, todas ellas orientadas a los diferentes ámbitos de la vida. Asimismo, educar debe ser una actividad transversal e integral, teniendo como objetivo necesario la transmisión de valores, con el objetivo de hacer crecer a los alumnos como personas respetuosas, libres y sin prejuicios”.

Con respecto a estos valores, podríamos estarnos horas y horas hablando de ellos. Sin embargo, esto no quita de que no podamos reflexionar un poco sobre ellos. En primer lugar, deseo llevar a cabo un comentario resumido de cuales son aquellos que los sondeos muestran que los jóvenes destacan para, posteriormente, dejar constancia de cuál es mi opinión acerca del tema.  

En el informe Jóvenes españoles 20101 de la Fundación SM, caben destacar como principales conclusiones que los aspectos a los que más importancia dan los jóvenes son:

1. La familia, la salud y los amigos y conocidos.

2. Un 46,3% de los jóvenes no confían en un futuro prometedor para ellos.

3. El 42% consideran que la naturaleza resiste el impacto de los países desarrollados.

4. Más del 50% de los jóvenes o no confían en la gente porque piensan que no les importa mucho lo que les ocurra a los demás.

5. Más del 80% no pertenece a ningún tipo de asociación u organización.

6. El 56,5% no muestra interés en la política porque consideran que no le afecta en nada directamente.

7. Los jóvenes desean emanciparse, pero de forma tardía. Antes quieren irse a vivir con su pareja.

8. Dan mucha importancia a las infidelidades.

9. Los jóvenes desean tener hijos con sus parejas, pero como un objetivo a largo plazo.

10. La religión no ocupa un lugar importante en sus intereses, aunque más de un 50% se consideran católicos.

11. Salir a discotecas, bares, cafeterías o ir al cine son actividades que los jóvenes consideran muy importantes.

12. Las mujeres son más aficionadas a ir de tiendas y leer, mientras que los hombres juegan más a videojuegos (desde una perspectiva muy binaria, como acostumbran todos los sondeos, problema que empieza a ser hora de solucionar…).

13. El número de jóvenes que valoran como importante o muy importante salir a beber alcohol es de casi el 27% (en 2010), más de cuatro puntos por debajo de los resultados de los sondeos de 2004.

14. El uso del móvil ha pasado de mayoritario a prácticamente absoluto, se ha duplicado el porcentaje de jóvenes que usa el ordenador a diario y la principal utilidad de las redes sociales es pasar el raro y hacer amigos.

15. El 77% de los jóvenes extranjeros consideran que los inmigrantes deben adaptarse a la cultura de los españoles, aunque consideran que debemos respetar todas sus costumbres siempre y cuando no sean anticonstitucionales. La mayoría de los jóvenes inmigrantes aceptan que los inmigrantes quitan el trabajo a los españoles.

16. Los principales problemas de los jóvenes inmigrantes son el paro (el 86%), el racismo y la xenofobia (76%), la violencia juvenil (72%), la falta de futuro y la calidad del empleo (70%).

17. El porcentaje de jóvenes inmigrantes creyentes es mayor que el de los españoles (81% frente al 53,5%).

En mi análisis de los resultados obtenidos de este sondeo, me llama la atención que los jóvenes, a pesar de estar en etapas complicadas como la adolescencia, valoran a su familia tanto como a sus amigos. Además, me resulta curioso la importancia que le dan a la salud. Sin embargo, esta importancia que se le da a la salud no se si es un espejismo, era palabrería, o es que, en la actualidad, diez años más tarde, esto ha cambiado drásticamente. Sin embargo, no considero a los jóvenes menos concienciados con la salud que a los adultos. Es más, en muchas ocasiones, creo que los jóvenes son más racionales con el tema de los cuidados y la prevención de riesgos.

Resulta llamativo que casi la mitad de los jóvenes no confíen en tener un futuro prometedor. Esto me parece realmente preocupante, ya que puede desembocar en falta de motivación y, por lo tanto, en peores resultados académicos. Además, me parece que es un indicador de fracaso general como sociedad.

Cada vez son menos participativos en actividades sociales y no confían en los demás. Este aspecto me parece muy triste, y considero que es nuevamente un gran fracaso social. Puede esta ser una de las razones por las cuales, cada vez más, se aboga por la individualidad por delante de lo colectivo.

Con respecto a los proyectos de pareja de los jóvenes, muy probablemente en la actualidad hayan cambiado significativamente, ya que han aparecido nuevas formas de relacionarse (por ejemplo, el poliamor) y se está optando cada vez más por el no compromiso.

El tema de la infidelidad, probablemente, siga siendo una preocupación importante en los jóvenes, y uno de los asuntos que más puedan dañar psicológicamente a estos. Los sentimientos de rechazo parecen ser cada vez más fuertes y generar mayores impactos psicológicos.

Con respecto a la forma de socialización, probablemente ahora los jóvenes hacen más uso aún de las redes sociales. Sin embargo, en las actividades que se realizan fuera del domicilio, siguen siendo muy importantes las salidas a discotecas, cines, cafeterías y bares como formas de diversión.

Por último, y no por ello menos importante en absoluto, quiero destacar el problema de los jóvenes inmigrantes en nuestro país. Los porcentajes en cuanto a oportunidades son realmente vergonzosos. Con respecto a la extendida creencia rancia de que los inmigrantes nos quitan el trabajo, resulta llamativo que haya llegado hasta el punto de que ellos mismos lo creen. Esto, no cabe duda, de que es un nuevo fracaso como sociedad, y un claro ejemplo de la supremacía que ejercemos sobre las personas inmigrantes (en muchos casos, sobre personas racializadas), aunque haya quienes se crean que el racismo es un problema ya solventado…

Una vez expuestos estos resultados, y tras haber realizado un análisis de ellos, quiero exponer cuales son, desde mi punto de vista, los valores que yo considero más relevantes. No pretendo clasificarlos en una jerarquía muy concreta, ya que me parece injusto y complicado, sino en grandes bloques.

En primer lugar, educar en valores por la igualdad, la equidad, la diversidad y la inclusividad. Educar en la diversidad sexual, racial, cultural, de género, identidades, etc. Deshacer de falsos prejuicios, con una máxima clara: respetar los derechos humanos. Además, concienciar de la importancia de la salud, las formas de vida saludables, y asesorar sobre formas de ocio y de diversión saludables. Esto es un tema muy amplio del cual estaré encantada de hablar en otras entradas posteriores.

Por otro lado, creo relevante educar en formas de resolver conflictos evitando la violencia, y sobre técnicas para saber sobrellevar ciertos ataques psicológicos. Debemos resaltar la importancia de la salud mental y educar en que los problemas de salud mental deben tenerse realmente muy en cuenta, y no creernos que son formas de llamar la atención o que se solucionen dando un paseo.



Además, es importante educar en valores familiares, remarcar la importancia del trabajo, promover una cultura del esfuerzo, pero no por ello caer en tópicos productivistas que pretenden resaltar que la validez de las personas está íntimamente relacionada con su capacidad de hacer.

Por último, a pesar de que soy consciente de que faltan muchas cosas por hablar, y que podría llenar páginas y páginas hablando de esto, simplemente comentar un aspecto: la importancia de desarrollar la inteligencia emocional y afectiva. Educar a los jóvenes para que sepan gestionar sus emociones, y para que sepan relacionarse de una manera sana, no tóxica con los demás, tanto en ámbitos de amistad como de amor. Es importante que los jóvenes sepan valorar sus relaciones y cuidarlas.

 

 

1 “Jóvenes españoles 2010”. Dosier de prensa. Juan María González-Anleo Sánchez, José Antonio López Ruiz, Maite Valls Iparraguirre, Luis Ayuso Sánchez y Gonzalo González Sanz. Dirección y coordinación: Juan González-Anleo y Pedro González Blasco. Editorial: Fundación SM. ISBN:  978-84-675-4474-9.


2 comentarios:

  1. Me encanta tu reflexión y los valores que propones enseñar, veo muy necesaria una concienciación temprana de todo lo que tenemos en nuestra sociedad, para que nuestros alumnos puedan tener un criterio propio y ser libres. ¡gracias, Sara! :)

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  2. Pues sí... nada mejor que enseñarles a tener valores desde bien peques para evitar los prejuicios después :)

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