En el año 2017 los datos mostrados por el sistema educativo español no son muy alentadores. Con el fin de mejorar estos resultados, se proponen medidas en Castilla y León como el adelanto de la preparación bilingüe al período de los 3-6 años.
Por otro lado, en el mismo año en nuestra comunidad, cuatro centros
educativos (tres de infantil y uno de infantil y primaria) cierran en el medio
rural, y hay hasta catorce al filo del desastre.
Todo ello, dificulta por lo tanto el gran objetivo planteado: mejorar la
calidad y la equidad del sistema educativo no universitario.
Sin embargo, a pesar de estos aspectos, aparentemente muy negativos, cabe
resaltar el interés por solucionar los problemas de los políticos regionales.
De igual modo que se han puesto esfuerzos en mejorar la enseñanza en idiomas,
se pone ímpetu en mejorar los datos de los informes PISA, tomando acción sobre
los centros cuyos datos son mediocres. De este modo, se ha propuesto un plan
general para la mejora de los resultados autonómicos, basados en acciones
individuales adaptadas sobre cada centro. En mi opinión, este afán por proponer
planes de acción con el fin de solucionar estos problemas tiene una incidencia muy
positiva. Así, cabe resaltar que ante los problemas bien conocidos de los
españoles en el aprendizaje de idiomas, Castilla y León es la segunda comunidad
autónoma con más porcentaje de programas bilingüe, con unos 100000 alumnos
adscritos a ellos (un 48% de los estudiantes de Educación Primaria y
Secundaria). Todo esto ha llevado a elaborar medidas de mejora en cuanto a la
formación docente en idiomas, y al aumento del número de profesores nativos en
las plantillas de los colegios e institutos.
Además, no solamente se han llevado a cabo estrategias de mejora en cuanto
a los contenidos. La accesibilidad al sistema educativo en igualdad ha llevado
a desarrollar planes para la gratuidad de los libros, de los que se han podido
beneficiar hasta 67000 alumnos.
Además, preocupan otros asuntos sociales como la violencia en los centros,
tanto bullying entre compañeros como agresiones contra el profesorado. Por
ello, también se han propuesto planes de anti acoso escolar y contra las
agresiones al profesorado. Como podemos observar, el tema de la educación no
pasa por alto en ninguno de sus diferentes contextos.
Sin embargo, a pesar de que pueda parecer que los resultados de nuestro
sistema educativo sean mediocres, en Castilla y León los resultados de PISA
muestran unos datos que se sitúan a la cabeza de España, y en el séptimo lugar
a nivel mundial. Probablemente, una de las claves de esta mejora se deba a la
constante implicación política y ciudadana en asuntos de educación en nuestra
comunidad, a diferencia de lo que pueda ocurrir en otras regiones de
España.
En 2015 el modelo de Castilla y León mostraba un rendimiento similar al de
Finlandia, resultados que pueden parecer llamativos, ya que no son esperables
si atendemos únicamente a factores socioeconómicos.
El pacto educativo de 1999 probablemente pueda ser uno de los factores que
ha influido en estos buenos resultados. A pesar de las diferentes leyes educativas
surgidas desde la constitución española en 1978, empezando por la LOECE hasta
la actual LOMCE (ya se verá si próximamente LOMLOE), que podrían haber generado
un clima de inestabilidad, los resultados han sido positivos.
Echando a vista atrás, en Valladolid, los datos de la tasa de
alfabetización general en el año 1860 se situaban entre el 41-50%. En nuestra
comunidad, los resultados eran similares. En 1900, estos subieron hasta el
71-80% tanto en Valladolid como en Castilla y León, aunque en esta época, los
datos eran más dispares entre provincias. En los años 30 de la década pasada,
los porcentajes de alfabetización general rondaban ya el intervalo 81-90% en
Valladolid, con datos en la comunidad autónoma similares e incluso superiores.
A partir de la década de los 60, y hasta el año 1981, las tasas estaban en toda
Castilla y León en torno al 95%. Me parece relevante esta visión, ya que
muestran un avance enorme desde unos datos típicos de un país
subdesarrollado.
Volviendo al segundo milenio, en el año 2015, los datos de PISA de Castilla
y León muestran que en materia científica y matemática nos situamos con
resultados superiores a los de Europa. En competencia lectora, Castilla y León
también se sitúa con datos por encima de la tendencia europea. Por lo tanto,
los resultados muestran que, probablemente, el sistema educativo castellanoleonés
no es tan malo como pueda parecer en un principio. Para más señas, el IDE
(índice de desarrollo educativo) de Castilla y León se sitúa en la cima de los
datos de España, y el IPE (índice de pobreza educativa) es de los más bajos de
nuestro país. En cuanto al absentismo escolar, en España es del 28%, mientras
que en Castilla y León tan solo del 4%. Por lo tanto, a la vista de todos estos
resultados, no parece tener mucho sentido echar por tierra nuestro sistema
educativo, basado en la atención constante a los problemas que surgen y en la búsqueda
de soluciones que, como se muestra en los resultados, tiene incidencia
positiva.
Sin embargo, resulta llamativo que el porcentaje de fracaso escolar
(alumnos que no consiguen el graduado en la ESO) castellanoleonés sea del 21%,
ya que no se corresponden con los buenos resultados de PISA o IDE. Según la
tesis de Jaime Foces1, que ha sido considerada
"cum-laude", el asunto radica en que es más sencillo conseguir el
graduado en ESO en el País Vasco o en Asturias que en Galicia o La Rioja, lo
que muestra una heterogeneidad muy marcada entre comunidades. Esto, que puede
pasar desapercibido, contrasta si se concluye, a partir de la comparación de
datos entre comunidades autónomas, que un alumno de Andalucía presenta un nivel
de matemáticas a los 15 años hasta un curso inferior a Castilla y León.
Las causas de la diferenciación son tanto históricas, como la tasa de
escolarización temprana de las mujeres en nuestra comunidad, como por factores
de adaptación. Como ya se comentó anteriormente, Castilla y León se caracteriza
por tener una política regional implicada en materia educativa, invirtiendo en
recursos que en otras CCAA pueden pasar desapercibidos (por ejemplo, transporte
escolar, facilitando la aproximación de la educación al medio rural).
Por lo tanto, a pesar de que el sistema educativo español no sea un
referente a nivel europeo en conjunto por los datos mostrados, tampoco sufre de
una situación tan grave como pueda parecer. De hecho, en Castilla y León, los
resultados de informes externos son muy positivos, a la cabeza de España y de
Europa.
1Foces Gil, J.A. (2015) Política y Administración de
la Educación en el Estado Autonómico (1978-2014). Desigualdades regionales y
cohesión del sistema educativo. Estudio de un caso singular: Castilla y León.
Tesis doctoral. Madrid: UNED.
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