domingo, 4 de octubre de 2020

La educación en Castilla y León: la Finlandia de España

En el año 2017 los datos mostrados por el sistema educativo español no son muy alentadores. Con el fin de mejorar estos resultados, se proponen medidas en Castilla y León como el adelanto de la preparación bilingüe al período de los 3-6 años. 

Por otro lado, en el mismo año en nuestra comunidad, cuatro centros educativos (tres de infantil y uno de infantil y primaria) cierran en el medio rural, y hay hasta catorce al filo del desastre. 

Todo ello, dificulta por lo tanto el gran objetivo planteado: mejorar la calidad y la equidad del sistema educativo no universitario. 

Sin embargo, a pesar de estos aspectos, aparentemente muy negativos, cabe resaltar el interés por solucionar los problemas de los políticos regionales. De igual modo que se han puesto esfuerzos en mejorar la enseñanza en idiomas, se pone ímpetu en mejorar los datos de los informes PISA, tomando acción sobre los centros cuyos datos son mediocres. De este modo, se ha propuesto un plan general para la mejora de los resultados autonómicos, basados en acciones individuales adaptadas sobre cada centro. En mi opinión, este afán por proponer planes de acción con el fin de solucionar estos problemas tiene una incidencia muy positiva. Así, cabe resaltar que ante los problemas bien conocidos de los españoles en el aprendizaje de idiomas, Castilla y León es la segunda comunidad autónoma con más porcentaje de programas bilingüe, con unos 100000 alumnos adscritos a ellos (un 48% de los estudiantes de Educación Primaria y Secundaria). Todo esto ha llevado a elaborar medidas de mejora en cuanto a la formación docente en idiomas, y al aumento del número de profesores nativos en las plantillas de los colegios e institutos. 

Además, no solamente se han llevado a cabo estrategias de mejora en cuanto a los contenidos. La accesibilidad al sistema educativo en igualdad ha llevado a desarrollar planes para la gratuidad de los libros, de los que se han podido beneficiar hasta 67000 alumnos. 

Además, preocupan otros asuntos sociales como la violencia en los centros, tanto bullying entre compañeros como agresiones contra el profesorado. Por ello, también se han propuesto planes de anti acoso escolar y contra las agresiones al profesorado. Como podemos observar, el tema de la educación no pasa por alto en ninguno de sus diferentes contextos. 

Sin embargo, a pesar de que pueda parecer que los resultados de nuestro sistema educativo sean mediocres, en Castilla y León los resultados de PISA muestran unos datos que se sitúan a la cabeza de España, y en el séptimo lugar a nivel mundial. Probablemente, una de las claves de esta mejora se deba a la constante implicación política y ciudadana en asuntos de educación en nuestra comunidad, a diferencia de lo que pueda ocurrir en otras regiones de España. 

En 2015 el modelo de Castilla y León mostraba un rendimiento similar al de Finlandia, resultados que pueden parecer llamativos, ya que no son esperables si atendemos únicamente a factores socioeconómicos. 

El pacto educativo de 1999 probablemente pueda ser uno de los factores que ha influido en estos buenos resultados. A pesar de las diferentes leyes educativas surgidas desde la constitución española en 1978, empezando por la LOECE hasta la actual LOMCE (ya se verá si próximamente LOMLOE), que podrían haber generado un clima de inestabilidad, los resultados han sido positivos.

Echando a vista atrás, en Valladolid, los datos de la tasa de alfabetización general en el año 1860 se situaban entre el 41-50%. En nuestra comunidad, los resultados eran similares. En 1900, estos subieron hasta el 71-80% tanto en Valladolid como en Castilla y León, aunque en esta época, los datos eran más dispares entre provincias. En los años 30 de la década pasada, los porcentajes de alfabetización general rondaban ya el intervalo 81-90% en Valladolid, con datos en la comunidad autónoma similares e incluso superiores. A partir de la década de los 60, y hasta el año 1981, las tasas estaban en toda Castilla y León en torno al 95%. Me parece relevante esta visión, ya que muestran un avance enorme desde unos datos típicos de un país subdesarrollado. 

Volviendo al segundo milenio, en el año 2015, los datos de PISA de Castilla y León muestran que en materia científica y matemática nos situamos con resultados superiores a los de Europa. En competencia lectora, Castilla y León también se sitúa con datos por encima de la tendencia europea. Por lo tanto, los resultados muestran que, probablemente, el sistema educativo castellanoleonés no es tan malo como pueda parecer en un principio. Para más señas, el IDE (índice de desarrollo educativo) de Castilla y León se sitúa en la cima de los datos de España, y el IPE (índice de pobreza educativa) es de los más bajos de nuestro país. En cuanto al absentismo escolar, en España es del 28%, mientras que en Castilla y León tan solo del 4%. Por lo tanto, a la vista de todos estos resultados, no parece tener mucho sentido echar por tierra nuestro sistema educativo, basado en la atención constante a los problemas que surgen y en la búsqueda de soluciones que, como se muestra en los resultados, tiene incidencia positiva. 

Sin embargo, resulta llamativo que el porcentaje de fracaso escolar (alumnos que no consiguen el graduado en la ESO) castellanoleonés sea del 21%, ya que no se corresponden con los buenos resultados de PISA o IDE. Según la tesis de Jaime Foces1, que ha sido considerada "cum-laude", el asunto radica en que es más sencillo conseguir el graduado en ESO en el País Vasco o en Asturias que en Galicia o La Rioja, lo que muestra una heterogeneidad muy marcada entre comunidades. Esto, que puede pasar desapercibido, contrasta si se concluye, a partir de la comparación de datos entre comunidades autónomas, que un alumno de Andalucía presenta un nivel de matemáticas a los 15 años hasta un curso inferior a Castilla y León. 

Las causas de la diferenciación son tanto históricas, como la tasa de escolarización temprana de las mujeres en nuestra comunidad, como por factores de adaptación. Como ya se comentó anteriormente, Castilla y León se caracteriza por tener una política regional implicada en materia educativa, invirtiendo en recursos que en otras CCAA pueden pasar desapercibidos (por ejemplo, transporte escolar, facilitando la aproximación de la educación al medio rural).

Por lo tanto, a pesar de que el sistema educativo español no sea un referente a nivel europeo en conjunto por los datos mostrados, tampoco sufre de una situación tan grave como pueda parecer. De hecho, en Castilla y León, los resultados de informes externos son muy positivos, a la cabeza de España y de Europa. 




1Foces Gil, J.A. (2015) Política y Administración de la Educación en el Estado Autonómico (1978-2014). Desigualdades regionales y cohesión del sistema educativo. Estudio de un caso singular: Castilla y León. Tesis doctoral. Madrid: UNED.

 

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