Se entiende como profesor (según la RAE) a toda
persona que enseña un arte, una ciencia, una técnica, etc. A simple vista, la
idea puede parecer muy clara: un profesor es aquel que transmite unos
conocimientos. Y para ello, como es obvio, debe estar primero en posesión de
ellos.
Todo esto puede resultar una maraña de asuntos
con los que chocamos sin esperarlo... "Ay, yo creía que bastaba con
meterme en una clase y contarles todo lo que se sobre Química". No.
Rotundamente NO.
Podríamos sistematizar cuales son las funciones que
debe tener un docente en su profesión simplemente haciendo uso de la lógica
(si, sé que lo que es lógico para unos puede no serlo para otros, y que cada
persona puede ver las cosas de manera distinta). Pero estaríamos siendo muy
liberales (en su connotación negativa) si defendemos que todas las visiones son
igual de válidas y de lógicas (con unos pilares basados en principios básicos y
HUMANOS).
Sin embargo, aunque este pudiera ser un ejercicio
realmente interesante e instructivo, requeriría de bastante tiempo. Por lo
tanto, voy a optar por exponer cuales son las 12 funciones que el artículo 91 de
la LOE (y también en la LOMCE) expone:
1. Programación y enseñanza de las áreas.
2. Evaluación del proceso de enseñanza y de
aprendizaje.
3. Tutoría, dirección, orientación y apoyo a los
alumnos.
4. Orientación a nivel educativo, académico y
profesional.
5. Atención integral del alumnado.
6. Programación, organización y participación en
actividades complementarias.
7. Contribución al clima de respeto y tolerancia.
8. Informar a las familias sobre los procesos de
enseñanza, educación y aprendizaje.
9. Coordinación de las actividades docentes, de
gestión y de dirección.
10. Participación en la actividad general de
centro.
11. Participación en planes de evaluación establecidos.
12. Investigación, experimentación y mejora de la
enseñanza.
Además, también se ha incluido una decimotercera
función: Los profesores realizarán estas funciones bajo el principio de
colaboración y de trabajo en equipo.
Se que como tarea de clase se me ha mandado
comentar una de ellas en específico. Sin embargo (no se si es un defecto o no,
pero estoy muy a gusto con ello) nunca me gustó ceñirme a cumplir a rajatabla
aquello que se nos manda. Y menos en una asignatura tan abierta a expresar nuestros
puntos de vista, a difundir, a divulgar nuestra visión de la enseñanza. No
pretendo decir que no haya unas premisas inamovibles, universales. Lo que quiero
expresar es que todo el mundo, desde nuestra experiencia, nuestro contexto,
nuestras alegrías y nuestro sufrimiento, podemos aportar cosas muy
interesantes, diferentes y complementarias.
Por eso, procederé a comentar todos aquellos
aspectos a los que considero puedo aportar ideas más interesantes. Con respecto
a las funciones 1 y 2, poco que decir, es la noción que todo el mundo tiene de
profesor. Nadie puede ser profesor si no enseña su área, si no las programa y
no evalúa al menos a los alumnos. Sin embargo, si cabe resaltar el detalle de
realizar no solo una evaluación de los conocimientos que los alumnos hayan adquirido,
sino de como tú, como docente, eres capaz de transmitir esos conocimientos, qué
estrategias usas, cómo están de motivados los estudiantes.
Con respecto a la tutoría, dirección, orientación
y apoyo a los alumnos, me parece una actividad realmente esencial. Un profesor,
además de alguien que transmite conocimientos, debe ser tutor. Y eso implica
una atención personalizada a cada estudiante, de saberles dirigir en sus
inquietudes académicas y fuera de lo académico (no estoy diciendo que invadamos
el espacio de la familia). Un alumno que se ve apoyado por su tutor
probablemente tenga menos preocupaciones que le distraigan y, por lo tanto,
aumentar su rendimiento académico.
La orientación educativa, académica y profesional
es esencial. Los alumnos deben conocer cuáles son las posibilidades a las que
acceder después de abandonar la ESO, Bachillerato, Formación Profesional,
Educación Universitaria, etc. De este modo, y con más influencia en las etapas
más tempranas, el futuro de muchos de nuestros estudiantes puede ser muy
diferente. Un alumno mal informado puede no decidir estudiar cierta materia o
no realizar ciertos estudios posteriores pensando que eso no le va a dar
posibilidad de sustentarse en el futuro, o creyendo que no le va a servir para
nada, o que las salidas posibles puedan no gustarle. De este modo, un
estudiante bien orientado podrá tomar decisiones con más libertad.
Con respecto a la atención integral del alumnado,
sobra decir (o debería, aunque realmente hay que estar diciéndolo y
recordándolo, por desgracia), que los alumnos deben ser todos tratados en
igualdad, independientemente del contexto de cada uno, de sus realidades, de
sus capacidades. La escuela no está diseñada para crear genios (aunque aún está
el debate abierto), sino para que los estudiantes adquieran competencias
básicas. No nos olvidemos de que muchas discapacidades no se pueden ver a
simple vista, y no caigamos en términos médicos, patologizantes,
discriminatorios, excluyentes, capacitistas. Mal profesor aquel que pretende
explotar todo el potencial de algunos estudiantes, y que margina a otros. Mal
profesor el que se basa en evaluar el proceso de aprendizaje tan solo en notas
de exámenes, en aprobados o suspensos, en simples NÚMEROS. La educación es un
derecho PARA TODOS, TODAS y TODES. Si, uso el neutro. Y también sé que la RAE
no lo ha admitido. Pero, paradójicamente, aunque he empezado esta entrada con
una definición del diccionario, poco me importa la excelentísima real academia
cuando pisa realidades, aplasta, pasa por encima de identidades (pero este tema
ya le hablaré en otra entrada). Eso es precisamente lo que NO podemos hacer como
docentes. Conviene recordar que puede parecer más sencillo que los estudiantes
se adapten a cada profesor, a cada forma de enseñar, ya que por clase hay un
profesor (o dos a lo sumo) y mínimo no se... ¿diez estudiantes? (salvo clases
particulares o de cursos más específicos). Sin embargo, conviene recordar que
los protagonistas de la clase son realmente ellos, no nosotros. Por lo tanto,
los profesores tendremos que adaptarnos a las capacidades de cada estudiante, y
proveerles de una educación personalizada tanto en el aula como en posibles
grupos de apoyo fuera. Creo esencial poner de relieve que muchos estudiantes
pueden no tener ciertas capacidades por culpa de un sistema deficiente, porque
necesiten aprender de una manera diferente y mejorada. Recordemos que la
educación es un derecho fundamental para todos.
La organización y participación en actividades
complementarias es otro de los aspectos más olvidados por los profesores. Las
excursiones son una forma muy didáctica de aprender cosas nuevas, de entrar en
contacto con realidades y, además, muy eficiente. Sin embargo, muchos
profesores, ante la responsabilidad que implica dirigir una excursión, y el lío
organizativo, prefieren mirar para otro lado.
El punto número siete lo dejo para el final,
Quiero antes comentar la importancia de informar a las familias sobre la
educación y el aprendizaje de sus hijos. La interacción padres-profesores (y
por extensión familias-sistema educativo) es esencial, ya que parte del
aprendizaje y de la educación se lleva a cabo en las casas. No solamente de los
contenidos académicos, sino de valores humanos. Además, el seno familiar, junto
con la forma de socialización de cada alumno puede ser uno de los factores
clave en la aparición de conflictos, de dilemas que puedan bajar drásticamente
la motivación, la ilusión, las ganas y el rendimiento académico. Es importante
que las familias y los profesores estén en consonancia. De igual modo, los docentes
deben estarlo unos con otros, siendo complementarios. No tiene sentido que los
valores, la ilusión, la motivación que transmite un profesor sea arrebatada por
la disonancia de otros docentes del centro. Ahí es donde toma relevancia la
función decimotercera (o 12+1 para los supersticiosos). Además, muy relacionada
está la participación en la actividad general del centro.
Con respecto a la coordinación de las actividades
docentes, de gestión y de dirección y a la participación en los planes de
evaluación creo que poco hay que decir.
La investigación, experimentación y mejora de la
enseñanza es otro factor clave que ya se ha comentado anteriormente. El docente
debe estar en constante revisión de sí mismo, de sus métodos educativos,
autoevaluándose, y siendo formado de forma continua. Debe dejar los orgullos
tóxicos a un lado, y ser exigente, aspirar a mejorar día a día y a saber
adaptarse a cada circunstancia que pueda surgir.
Para terminar, como había prometido
anteriormente, quiero hablar sobre la función de contribución a un clima de respeto
y tolerancia. Creo que este asunto es especialmente importante. Sin embargo,
considero que la forma de sintetizar la idea con palabras como
"tolerancia" no hace justicia a la bondad de la idea que quiere
transmitirse. Tolerar es aceptar algo que no es concordante con tus ideas. Y
no, no hay que educar solamente para eso. En muchos asuntos sociales el
problema está en el fondo. Las ideas prejuiciosas inculcadas por las familias o
la sociedad. No se debería aceptar que los niños (recordemos, nuestro futuro)
crezcan con ideas discriminatorias. No se puede tolerar a las personas
homosexuales, bisexuales, trans, etc., ya que eso implicaría que, aunque nos
acepten, realmente las ideas de fondo de esos niños/preadolescentes/adolescentes
NO SON SANAS. En su interior. a pesar de no exteriorizarlo (por una idea de
respeto muy superficial), seguirían pensando que no somos personas igual de
válidas. Del mismo modo, y esto parece más sencillo de entender, no se puede
tolerar a las personas racializadas o a las mujeres, ya que significaría que,
aunque no lo expreses, y des una imagen/apariencia de respeto, en el fondo no
crees que sean iguales en derechos, en libertades.
Una vez realizada esta corrección (que, si bien
puede ser debatida en términos, no debería serlo en los pilares que la sustentan),
comentar que esta medida de contribución al respeto es esencial, EDUCAR EN LA
DIVERSIDAD, dar a conocer. Los miedos surgen cuando no se conoce. Y por
desgracia, muchos miedos desembocan en odio y violencia. Unos
niños/adolescentes bien informados serán mucho menos propensos a repetir
actitudes discriminatorias que sus predecesores, sin lugar a ninguna duda, han
cometido con anterioridad. Por lo tanto, una vez establecidas estas funciones
básicas para ser un buen profesor… ¿Creéis que es correcto hablar simplemente
de profesor, o igual debería enmarcarse más en términos de educador? Por desgracia, para eso, aún nos faltaría (a los que aspiramos a ser profesores) mucha formación.
Me gusta mucho cómo desarrollas tus ideas (con las que estoy muy de acuerdo). Lo haces de una manera muy clara y muy cercana. ¡Te seguiré leyendo!
ResponderEliminarGracias cielo :)
Eliminar